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‘Kingdom Come: Deliverance II’, una experiencia medieval intensa y sorprendente

Kingdom Come: Deliverance II

La secuela del RPG histórico lleva al jugador a una Bohemia realista, compleja y profundamente humana, sin magia, pero con mucho por descubrir.

Redacción La Chaqueta News

Si no eres fan de los juegos de rol tradicionales o si te cuesta engancharte con títulos de fantasía llenos de magia y criaturas irreales, quizá ‘Kingdom Come: Deliverance II’ te sorprenda como lo ha hecho con muchos. No es un juego cualquiera, ni fácil de encasillar. Salió a la venta el 4 de febrero de 2025, y aunque no ha sido tan ruidoso como otros lanzamientos, quienes lo han jugado coinciden en algo: es una experiencia que se siente muy real.

El juego está disponible para PlayStation 5, Xbox Series X/S y PC, y fue desarrollado por Warhorse Studios, un estudio que parece obsesionado con ofrecer una representación fiel de cómo era la vida en la Europa medieval. Aquí no hay magia, dragones ni pociones milagrosas. Hay hambre, batallas lentas, decisiones difíciles y pueblos donde la gente recuerda lo que hiciste la última vez que pasaste por ahí.

Kingdom Come: Deliverance II

Créditos: Kingdom Come: Deliverance II

 Historias: más que espadas, decisiones con peso

La historia sigue a Henry, un joven herrero que ya conocimos en el primer juego. La secuela continúa justo donde lo dejamos, pero con más peso en sus hombros. Se ha ganado el respeto de algunos y el odio de otros, y ahora tiene que navegar entre guerras, traiciones y dilemas personales. Lo interesante es que nada se siente forzado. Las misiones no son solo excusas para pelear; muchas veces te enfrentan a decisiones morales reales. ¿Conviene mentir para salvar a alguien? ¿Debes ayudar a un noble corrupto si eso te beneficia? ¿Importa más la justicia o la lealtad?.

Algo que llama la atención, incluso para alguien que no es experto en videojuegos, es la forma en que el juego representa su mundo. La ciudad de Kutná Hora y sus alrededores están llenos de detalles. La gente tiene rutinas, se va a dormir, trabaja en los campos, va a misa. Si llegas sucio o vestido de forma inapropiada, te miran diferente. Incluso si estás herido, lo notan. Todo esto hace que uno se olvide de que está en un videojuego, porque más bien

Jugabilidad:  realismos por encima de todo

El combate es otra historia. No es rápido ni espectacular. A veces es torpe, incómodo o frustrante, como uno imagina que realmente eran las peleas con espadas. Cada movimiento importa y hay que aprender a tener paciencia. Y aunque se han agregado cosas como ballestas o armas primitivas, sigue siendo un sistema que premia la estrategia y no tanto los reflejos.

El progreso del personaje también es curioso. No subes de nivel por matar enemigos, sino por usar ciertas habilidades. Si hablas mucho con la gente, mejorarás tu carisma. Si practicas alquimia, aprenderás a preparar brebajes. Todo evoluciona de forma natural, como si de verdad fueras aprendiendo por experiencia.

Kingdom Come: Deliverance II

Créditos: Kingdom Come: Deliverance II

Un mundo que respira

En cuanto a la recepción, el juego ha tenido muy buenas críticas. En sitios como Steam, la mayoría de los comentarios son positivos, y muchos jugadores lo consideran uno de los mejores RPG del año. Incluso se menciona como uno de los candidatos a Juego del Año, lo cual es bastante impresionante considerando lo de nicho que fue el primer título.

Por supuesto, tiene sus detalles. Algunas animaciones siguen siendo algo torpes, y no todo el mundo disfruta de su ritmo pausado. Pero para quienes se atreven a entrar en su mundo, ‘Kingdom Come: Deliverance II’ ofrece algo poco común en los videojuegos: una sensación de verdad. No en el sentido gráfico, sino en lo humano, en lo narrativo y en la forma en que cada decisión deja una marca.

No hace falta ser un experto en videojuegos para apreciar esta historia. Basta con tener ganas de perderse en un mundo distinto, exigente y muy, muy humano.