‘Mis muertos tristes’: Netflix apuesta por el terror íntimo y latinoamericano con Pablo Larraín y Mariana Enríquez

La nueva miniserie une el talento del director chileno y la pluma oscura de la autora argentina en una historia que explora el miedo desde lo cotidiano, con producción regional y un elenco de lujo.
Redacción La Chaqueta News
Netflix vuelve a poner los ojos en Latinoamérica con una ambiciosa y oscura propuesta: ‘Mis muertos tristes’, una miniserie dirigida por el aclamado cineasta chileno Pablo Larraín y basada en los inquietantes cuentos de la escritora argentina Mariana Enríquez, referente indiscutida del terror contemporáneo en español. La producción, que ya se encuentra en marcha, promete romper moldes y llevar al público a un viaje perturbador a través del lado más íntimo y cotidiano del horror.
Un terror diferente: doméstico, urbano y profundamente humano
‘Mis muertos tristes’ no es una serie de sustos fáciles ni monstruos sobrenaturales. Al contrario, es una exploración del terror íntimo y cotidiano, el que habita en los vínculos familiares, en los traumas silenciados y en las casas con historia. La protagonista es Ema, una médica de 60 años con la capacidad de comunicarse con los muertos, una habilidad que ha reprimido toda su vida. Sin embargo, todo cambia con la llegada de Julie, su joven sobrina, que no solo comparte ese don, sino que lo vive con una intensidad inquietante, sexual y peligrosa.
La historia se basa en varios cuentos de Enríquez , incluidos ‘Mis muertos tristes’, ‘Julie’, ‘Cuando hablábamos con los muertos’ y ‘Un lugar soleado para gente sombría’, y se articula como una antología conectada por personajes y atmósferas densas. La serie no solo pretende incomodar, sino también emocionar y reflexionar sobre la muerte, la memoria y los lazos invisibles entre los vivos y los muertos.

Créditos: Mariana Enríquez/ IG
Un equipo de lujo y producción 100 por ciento latinoamericana
El elenco está encabezado por reconocidas figuras del cine y la televisión de habla hispana como Mercedes Morán, Dolores Fonzi, Alejandra Flechner, Carlos Portaluppi, Germán de Silva, la chilena Luz Jiménez y la debutante Carolina Sánchez Álvarez. Este equipo multigeneracional promete actuaciones potentes, llenas de matices y emoción.
La serie es una coproducción entre la chilena Fábula (la misma detrás de Una mujer fantástica y El club) y la argentina K&S Films, lo que garantiza una factura técnica de primer nivel, con rodajes en Buenos Aires y Santiago de Chile. Esta decisión de mantener la producción en la región no solo aporta autenticidad a la narrativa, sino que también fortalece la industria audiovisual latinoamericana.
Mariana Enríquez y Pablo Larraín: una alianza poderosa
La combinación entre la pluma de Enríquez y la visión cinematográfica de Larraín es, sin duda, una de las grandes apuestas de la serie. Ambos artistas comparten una sensibilidad por lo marginal, lo inquietante y lo profundamente humano. Larraín, conocido por películas como Spencer y Neruda, ha declarado que la obra de Mariana es “particularmente visual, siempre brillante y siempre peligrosa”. Por su parte, Enríquez ha manifestado su entusiasmo por la adaptación y el hecho de que sus cuentos puedan dialogar entre sí en un nuevo lenguaje narrativo.

Créditos: Pablo Larraín/ IG
Terror con identidad propia y una mirada social
‘Mis muertos tristes’ se aleja del terror comercial para construir una propuesta arraigada en lo local, con calles reconocibles, heridas sociales abiertas y personajes complejos. Lejos de ofrecer una evasión, la serie invita a mirar de frente lo que asusta: la familia, la muerte, el pasado, la violencia y lo que se hereda sin querer.
Con esta producción, Netflix reafirma su interés por contar historias latinoamericanas con identidad, riesgo artístico y valor internacional. Y para los amantes del terror, se abre una nueva puerta a un género que, en nuestra región, tiene mucho que decir y aún más por mostrar.
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